Cruzaba la calle y frente a mi veía el túnel de la M30 a la altura de la Vaguada: faros encendidos iluminándola (siempre me ha parecido que tanta luz parecía más un estadio de fútbol que una carretera).
Me paré de pronto. Apenas empezaban los primeros rayos luz que querían colarse entre las nubes grises que podían presagiar un cierto alivio de agua en esa nueva jornada.
Las dos maravillas de la naturaleza se conjugan por unos minutos en un momento del día como aquel evento único que sucede solo una vez al día y nunca es igual.
La luz de Dios asoma entre las nubes, la vida despierta con el primer rayo de sol mientras al mismo tiempo uno de los grandes inventos del ser humano se mantiene latente aún iluminando los rincones de cada ciudad anunciando el inicio de un nuevo día. Una nueva oportunidad para cambiar las cosas y ser y sentirte mejor.
Foto: ©Virginia Adrada
Olías de Lima. Amenecer 2024, Madrid. España. Cámara Iphone 13.
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